Los expertos actuales en neuroeducación coinciden en que es fundamental emocionarse para adquirir conocimientos. La realidad virtual tiene esa capacidad, logrando atraer, conmover y captar la atención del alumno - usuario. Permite enriquecer la formación con experiencias inmersivas. Ofrecen la oportunidad de aprender haciendo, a través de la simulación práctica.
Permite practicar la conducción bajo condiciones adversas sin riesgo de accidente. Evalúa hábitos adecuados e inadecuados del conductor. Facilita un reciclaje de conocimientos y corrige malos hábitos.